Acompañamiento de adicciones

Hogar de paso

CASA DE MISERICORDIA

MADRE JANER

En nuestra casa queremos “recibir la vida como viene”. La vida de tantos que llegan buscando una mano, una ayuda, en medio de su situación de adicción o de otras condiciones de vulnerabilidad. La vida de tantas familias que llegan buscando escucha, un espacio para desahogar y compartir sus dolores y angustias, un lugar donde no sentirse juzgados, y poder caminar con otros.

Nuestra casa no es un centro de rehabilitación sino una casa, un hogar, donde caminamos juntos, nos acompañamos, recibimos la vida y queremos ayudarnos a cuidarla, valorarla, y hacerla crecer, respetando la dignidad de cada ser humano. Es una casa donde acoger a Cristo sufriente en tantos y tantas jóvenes, adultos, familias, que se sienten en la oscuridad y el sin sentido, y que perteneciendo a una comunidad pueden empezar a reconstruir su vida y a dejarse rehacer por el amor.

Nuestro anuncio evangélico es la CARIDAD HECHA SERVICIO, este es el centro de nuestra casa. El trato acogedor, sin distinciones que caracteriza a nuestras comunidades janerianas, y el llamado a ser comunidad es nuestro modo de encarnar el Evangelio. Una comunidad con vínculos fuertes, donde la comunicación profunda nos ayude a vivir en mayor plenitud, porque creemos que es el vínculo lo que sana, desde el amor.

​La Casa de Misericordia “Madre Janer” como hogar de acogida quiere hacer real y palpable en medio nuestro el consejo de la Beata Ana María “Yo recojo a todos los que tienen necesidad y están heridos”. Queremos que en esta casa todos tengan un lugar y podamos sentirnos familia.